sábado, 4 de diciembre de 2010

Fabulario interminable, cuento... siguiente: Mucha Gente Malita

Algo nuevo y grande comenzó cuando aquella ambiciosa patita intentó dirigir las palabras hacia donde quiso... algo muy nuevo y muy grande.

Al principio era como una enfermedad concebida por un loco o por la pesadilla de un niño. Se extendía imprevisiblemente y sin orden ni concierto, y sólo la muerte podía detenerla. Los enfermos adoptaban los más extraños comportamientos, como si vivieran en otro mundo completamente distinto al nuestro, y reían, y lloraban, y sentían.

Más tarde no sólo seres racionales sufrieron la enfermedad, sino también plantas o rocas o charcos o cualquier cosa. Una incontenible variedad de síntomas incoherentes se sucedía indefinidamente, o realmente hasta que el enfermo se enfrentaba al pensamiento que lo había originado todo. Entonces era cuando insistía en que se convertiría en un dzubit con un extraño brillo en los ojos. ¿Era de terror? ¿Era de excitación? ¿O era de locura?

Eso nunca quedaba muy claro... lo único evidente era que entonces parecía haber encontrado el sentido de su existencia. Los síntomas desaparecían, pero surgía otro nuevo. Lenta pero implacablemente, el enfermo empezaba a transformarse en un objeto enorme pero indudablemente inútil usado generalmente en pequeñas mesitas para servir esa agua caliente aromatizada llamada té.

Y entonces era cuando entendían que no debían estar precisamente allí, y que les tocaba irse a otro lugar. Levantáronse todos y empezaron su extraña peregrinación improvisada. Unos se iban para un lado, otros para otro... las descomunales jarras de té seguían rutas dispares y cambiantes; como mareas, desandaban sus pasos como si ese fuera su plan desde el principio, daban muchas vueltas en sentidos alternos alrededor de ciudades en todas partes del mundo y, poco a poco, se iban reuniendo en una única fila de útiles de cocina semejantes diseñados con el mismo mal gusto.

En un momento dado de su religiosa procesión, tuvieron que entrar (con la intención de darse la vuelta inmediatamente diciendo "Sarasarapon" e inclinándose devotamente sobre un imaginario pastel de fresas) en la guarida de unos ladronzuelos que casualmente eran coleccionistas de jarras de artesanía gigante, y vieron como las riquezas más inesperadas se les venían encima. De una en una, las fueron capturando a todas, que parecían no aprender de sus predecesoras. Sin duda su travesía había terminado ahí. El caso es que uno de los proyectos de dzubit encontró un cojín sorpresa de los de Toc Toc, y vio que dentro tenía un libro amarillento en el que habían escritos que sólo a un loco podrían habérsele ocurrido.

Leyendo y leyendo llegó a un cuento en el que aparecían palabras nuevas constantemente, retrocedían momentáneamente, se paraban durante unos instantes... no es que se estuvieran escribiendo; hasta las nuevas palabras estaban recubiertas de polvo y eran muy, muy vieja. El jarrón lector descubrió entonces que la historia que leía era la suya propia, y escribió algo en el relato todavía inconcluso.

blablablaestoiescriviendocacapedopispolla

Además de que el texto había sido escrito aplicando mal las cursivas, y de que la ortografía usada era claramente deficiente, el mensaje dejaba mucho que desear. Pero bueno...

tu te callas

...Su bordería enfatizaba todo lo anteriormente comentado; no estamos hablando de una persona muy creíble que digamos, y ustedes no deberían hacerla ni caso...

llo escribo mas rapido que es lo que importa y a demas te voy a tachar entero llaberas. que tu eres el que nos a capturado i no esos ladrones askerosos que no esistian asta que los pusiste ai

...Evidentemente, eso...

con lo que tardas en ecribir los ... esos llo ya e escrito 5 frases. pretendes ganarme a mi? si te voi a tachar entero llaberas

...Pero...


yentonces ganamos los guenos y nos conbertimos en dzubits todos y quedamos tal ke asi:

Nadie nunca debió haber puesto la creación de una raza en manos de una jarra subnormal y analfabeta con un pincel y cinco segundos.

ytumas

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